viernes, 14 de junio de 2013

Macri. Ni solo ni mal acompañado

Las ambiciones, mezquindades y la propia inseguridad de los que se ponen ansiosos por la foto y que no terminan de ver la película lleva a muchos referentes dentro y fuera del espacio a generar noticias que atacan la supuesta resolución del macrismo de ir solos en las legislativas de este año.

Mauricio Macri es hoy el candidato no kirchnerista más interesante y con más chances de ganar una presidencial. Todos los saben, y por eso no se suman. Si prestan atención y leen entre líneas, cada uno de los que intentaron acercarse y se alejaron por su cuenta fue por sus intenciones personales de acceder a la presidencia.  

Cada uno con sus encuestas personales, cada uno con información de que si se presentan solos ganan la ciudad. Si eso fuese cierto, no intentarían armar un frente.

El desfile de alianzas y de candidaturas inventadas tienen un común denominador. Las figuritas “difíciles” son todas de kirchneristas que dejaron de serlo. Desde los ministros de economía hasta los que negocian con Scioli, principal espada del kirchnerismo en la Provincia de Buenos Aires.

Obnubilados por las supuestas encuestas e intenciones de votos perdieron de vista la única verdad, la realidad:

Las alianzas que no se pueden explicar no suman.

La gente no come vidrio. La gente quiere saber por qué un tipo un día es kirchnerista y al otro no. Por qué un día se sienta a negociar con Macri y al otro día es radical.

Las alianzas que sirven son las que no necesitan explicación. Las que suman. Las que surgen naturalmente. Tiene que haber una química imposible de actuar entre los candidatos y las propuestas. Sobran ejemplos de errores previsibles como la inexplicable alianza entre De Narvaez y Alfonsín en 2011.

Sin 2013 no hay 2015...

Dicen los mismos que formaron una topadora que supo destruir al propio Nestor y al corcho Scioli en su propio terreno para verse disuelta escasos minutos después del triunfo. Los que viven de criticar sin actuar. Los que tienen intereses personales por sobre el interés general que es terminar con la era kirchnerista para avanzar hacia una república con varios partidos, varios referentes, frentes, diputados, senadores, todos conviviendo y debatiendo de manera más lógica y respetuosa en un sistema de transición ordenada del poder.

Macri no va solo

Macri no va solo porque va pegado a la misma idea que lo trajo a la política en vez de quedarse cómodo en el mundo empresarial.

La idea de que lo primero que hace falta es destruir este sistema populista y autoritario. 

Detonarlo desde sus raíces para reconstruir un sistema donde todos opinemos lo que se nos cante mientras nos respetemos y respetemos cuatro o cinco pilares básicos de la sociedad.

Que el estado se encargue de sumar, no de obstaculizar. Que la educación pública sea accesible para los pobres y no solo para la clase media. Que la salud se descentralice de la ciudad y llegue a cada punto del país. Que la inseguridad baje y se pueda andar tranquilo sin miedo a perder a un ser querido. Y que se pueda pensar un proyecto de vida a mediano plazo sin el miedo de que al cambio de gestión se prenda fuego todo y termines en la calle.

Macri no va solo ni va mal acompañado.


Massa, De Narvaez, De La Sota, hasta Moyano y Lousteatu pueden ser parte de eso. Primero deberán dar pruebas de haberse alejado realmente de este sistema autoritario del que nacieron y después serán bienvenidos, de este lado o de enfrente. 

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